La
buena práctica de la que voy a hablar pertenece a una compañera de clase que
actualmente está haciendo prácticas en una escoleta.
Partiendo de la primera práctica que he observado de una
compañera de clase, una buena práctica que describe en su blog es la de la
imagen que tiene en el centro infantil; ésta viene a ser es la de un niño/a
activo y protagonista en su propio
proceso de aprendizaje, un niño/a autónomo, se le valora tanto a nivel global
como individualmente, confiando en sus capacidades y potenciándolas. Como ejemplo, nos comenta una situación donde
se realiza el cambio de pañales.
Aunque no menciona la edad de los niños, se puede pensar que los
niños tienen alrededor de 1 a 2 años, pues ya tienen más autonomía en sus
capacidades motrices y llevan pañales.
La situación que describe viene a ser el momento del cambio de
pañales. En un apartado del aula, hay un cambiador, junto con los materiales
necesarios de cada niño y niña que precisa para su cambio, y la educadora, que conoce al niño/a y sabe en qué momento del desarrollo se
encuentra, le alienta para que suba
él/ella mismo/a las escaleras del cambiador. La educadora respeta en todo
momento su ritmo, animándole a continuar en su faena, posibilitando que se
pueda equivocar. Poco a poco y a su ritmo, el/la pequeño/a (a quien no se le ve la cara para
preservar su intimidad) consigue subir las escaleras. Hay veces que el hecho de
cambiar a los niños los pañales llama la atención a otros compañeros, pues la
caca y el pipí son divertidos y les
gusta observar cómo se limpian, el aspecto que tiene, cuando después le ponen
cremita en el culo, cómo la educadora interactúa con el/la pequeña/o,… luego
ellos preguntan curiosos cada proceso que se lleva a cabo en ese momento.
Ésta es una manera positiva para el niño:
-
el
niño afianza una imagen positiva que le ofrece de sí mismo el feedback de la
maestra (le anima a hacer una actividad que está dentro de sus posibilidades).
-
Se
van estableciendo relaciones más cercanas entre ambos e incluso con algunos
compañeros, de los que surgen conversaciones en torno a esta actividad
cotidiana, etc.
Por
lo tanto, creo que es una buena práctica que se lleva a cabo en las escoletas,
dentro del ámbito diario educativo que
se realiza a diario.
En esta segunda buena práctica de otro
blog de otra compañera de clase, que también realiza prácticas en una escoleta,
es la actividad de la semana gastronómica.
En esta clase, son 18 niños de 2 a 3
años de edad, cuyas procedencias familiares son diversas: ingleses, argentinos,
holandeses, alemanes,….. y una buena idea para conocer sus culturas es una
actividad donde los padres hacen comidas o dulces típicos de sus países de
origen, dándose así una multiculturalidad entre las personas, niños y maestros,
de modo que todos aprenden y se divierten, enriqueciendo su conocimiento.
Considero que ésta es una buena
práctica, no solamente por el hecho de conocer las culturas entre sí, sino
también de que sean los propios niños quienes, en un futuro, aprendan los
valores de tolerancia, respeto, entablar amistades, saber que no todas las
culturas son como la suya y que existen más y diversas por el mundo, que son
divertidas…. En resumen, se les ofrezca un camino lleno de posibilidades y de
mente abierta a todo cuanto pueda acontecer.
En esta tercera práctica, perteneciente
a otra compañera de clase, nos muestra una en la que han creado en la clase un
rincón: “El rincón del moco”.
En un principio, según cuenta la
compañera, era la propia tutora del aula quien solía quitar los mocos a los
niños y también ella misma, pero llegaron a un punto que era tan continuo que
no daban abasto, por lo que decidieron crear un rincón del moco y darles así la
oportunidad de ser ellos mimos quienes lo
hiciesen.
En este rincón, situado en un espacio
de la clase, se aprecia un espejo dispuesto de manera vertical, con una imagen
de un niño que tiene un pañuelo y se
suena, y al lado hay una papelera. A un lado del espejo, hay colgado un papel
higiénico (que está a la altura de los niños, por lo tanto pueden cogerlo
cuando necesiten).
Cuando este rincón estuvo preparado, se
lo comunicaron a los niños y niñas de la clase, y aunque en un principio
estaban acostumbrados a acudir a la maestra para que les quitasen los mocos,
pero al poco, observaron que los niños ya no acudían tanto a ella y que iban
directamente al rincón; se miraban, cogían un trozo de papel, se sonaban y tiraban
el papel a la papelera.
Pienso que esta es una buena práctica,
tanto para que el niño sienta una necesidad y tenga libertad y la oportunidad
de satisfacerla (como es el hecho de limpiarse los mocos, ir al baño, etc) y se
sienta autónomo sin tener que depender tanto del adulto. El niño/a tiene un
papel protagonista y se sienta capaz de hacerlo.
En relación a mis competencias, he podido contrastar las prácticas que se han
llevado a cabo en uno y otro centro, contrastarlas entre ellas y también con
otras fuentes, y he reflexionado sobre el proceso de mejora, las cuales me han
llevado a la conclusión que son adecuadas para el desarrollo general del
niño/niña.
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